El cuidado de la piel no es solo una cuestión estética, sino una inversión en salud. Si bien el sol nos aporta muchos beneficios, como energía y vitalidad, también puede convertirse en nuestro enemigo.
Los rayos solares UVA y UVB pueden modificar la estructura de nuestra piel, causando arrugas prematuras, manchas y, lo más preocupante, cáncer de piel. El uso de cremas solares con un adecuado SPF (factor de protección solar) es crucial para prevenir estos daños. Recuerda usar cremas con un factor de protección alto para la cara, ya que la piel de esta zona es más delicada y está más expuesta al sol.
Por otro lado, existen muchas zonas de nuestro cuerpo que tendemos a olvidar a la hora de echarnos crema y que deben tenerse en cuenta:
Orejas: Al aplicar protector facial se debe incluir las orejas. Aunque pueden estar cubiertas por el pelo, suelen quemarse porque tendemos a recogernos el cabello en la playa o piscina, que es precisamente, donde más nos exponemos al sol. Como OTORRINOLARINGÓLOGA, lamentablemente veo con frecuencia cáncer de piel en las orejas.
Cuello y escote: Estas áreas muestran signos de envejecimiento temprano y necesitan protección diaria ¡No te olvides que el cuello delata tu edad antes que la cara!
Párpados: Opta por un protector solar físico con pocos ingredientes activos para evitar irritación.
Labios: Usa un bálsamo labial con protección solar para evitar quemaduras y mantener la piel hidratada.
Manos: Aplica protector solar frecuentemente, en especial cuando vayas a conducir.
Empeines y dedos de los pies: Estas zonas, expuestas con el uso de sandalias, también necesitan protección diaria.
Además, la piel es nuestro órgano más grande y actúa como una barrera contra factores externos. El uso de antioxidantes tópicos ayuda a fortalecer esta barrera y combatir los daños causados. Personalmente recomendaría:
Naqua 70: Hidratante antioxidante que ayuda a reparar la piel y reducir los signos de envejecimiento.
Daily Power Defense de ZO Skin: Protege contra el daño ambiental y mejora la función barrera de la piel.
De todas formas, si buscas una piel perfecta además de sana, tienes que tener en cuenta que cada piel tiene necesidades únicas, por lo que al elegir cómo cuidarla es crucial encontrar lo que mejor te funciona. Dependiendo del grado de envejecimiento o de la condición basal, se pueden recomendar diferentes tratamientos:
Derivados de la Vitamina A: Retinol (ZO Skin Med) y Retinaldehido. Ideales para el tratamiento del acné y reducción de arrugas, que se pueden usar en verano (de hecho, es cuando mejor se toleran), SIEMPRE Y CUANDO SE USE PROTECCIÓN SOLAR.
Vitamina C: Potente antioxidante que ayuda a iluminar la piel y reducir manchas oscuras.
Exfoliantes: Mejoran la textura de la piel al eliminar células muertas y promover la renovación celular.
Además, es vital acompañar todo esto con un buen estilo de vida y hábitos saludables. Una dieta rica en antioxidantes, vitaminas y minerales contribuye a una piel sana y radiante (MIRA LA ENTRADA SOBRE LA DIETA ANTIINFLAMATORIA). Pero sobre todo, evita el tabaco, el alcohol (puede deshidratar la piel y causar inflamación), y tomar el sol demasiadas horas.
Las consultas con especialistas ayudan mucho para mantener una piel sana y joven a lo largo del tiempo, ya que el trato es completamente personalizado y el resultado será mejor. Yo uso y recomiendo para mis pacientes productos médicos de alta gama que precisan receta, asegurando un beneficio real y efectivo.
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